lunes, 7 de marzo de 2016


Autoestima en jóvenes universitarios
 
En los últimos años en el ámbito universitario se ha otorgado un especial interés a ciertas temáticas, especialmente el acceso a los estudios universitarios; por lo que en el nivel superior se han instrumentado políticas de admisión que delimiten selectivamente el ingreso de los aspirantes, como medida tendente a garantizar la optimización de los recursos de las instituciones y los requerimientos básicos para llevar a cabo la formación académica de los estudiantes (Salgado, 1992). Hasta ahora, los exámenes de ingreso a la educación superior se han consolidado como la principal opción en los procesos de selección, y se utilizan fundamentalmente para determinar quién ingresa a los estudios superiores. El examen de selección se aplica por áreas del conocimiento, por tanto, al tener que medir ciertos indicadores homogéneos resulta insuficiente para conocer el nivel de dominio de los conocimientos y habilidades requeridos en el alumno,  para un adecuado desempeño académico. De ahí la conveniencia de la aplicación de exámenes diagnósticos al inicio de los estudios (Casullo y Cayssials, 1994). De esta forma, durante los últimos años los criterios de selección utilizados en las escuelas de psicología han sido básicamente exámenes de conocimiento y psicométricos.
 
 
 
 
 

CIENCIAS HUMANAS Y DE LA CONDUCTA

sus interacciones laborales y sociales. La estrategia para llevarlo a cabo es proporcionar diversas opciones de cursos extracurriculares como redacción, personalidad y superación personal, con el fin de fortalecer su autoestima. Estas estrategias le dan soporte al estudiante para desarrollar su autoestima y valorar el trabajo como medio de realización personal; evolucionar como un buen ciudadano a través del conocimiento y la aplicación en su vida de un código ético relacionado con los valores y metas de la sociedad; ser capaz de actuar con responsabilidad y eficiencia en el juego y en el trabajo; conocer y desarrollar sus actitudes y aptitudes de modo que pueda seleccionar el área de su carrera;  aprender a mantener su salud y su seguridad como individuo y miembro de un grupo, y finalmente aprender a tener y aprovechar el tiempo libre de manera creativa (CONALEP, 1997). Un estudio relacionado con la autoestima en sujetos aspirantes a ingresar a la universidad fue realizado por Gallegos y Alonso (2002), quienes señalan que frecuentemente las enfermeras mostraban más baja autoestima e iniciativa que personas miembros de otras profesiones, indicando que a menudo los aspirantes a estudios de enfermería provienen de los que obtienen puntajes más bajos en los exámenes que califican a los jóvenes para realizar otros estudios universitarios. Por su parte, autores como Edwars et al. (1999) han señalado la necesidad de considerar otros factores distintos a la evaluación de conocimientos en la selección de los estudiantes debido a la posibilidad de estar realizando una selección inversa de individuos que carecen de habilidades para dedicarse a la atención de otros seres humanos, al solo hecho de considerar un examen de admisión de tipo académico sin tomar en cuenta otros elementos. Ante esta perspectiva surge la inquietud por iniciar el estudio en este campo, por lo que el objetivo del presente trabajo es conocer  la autoestima y mostrar dicha categoría en tres grupos de sujetos. Uno de jóvenes universitarios que actualmente se encuentran cursando el segundo año de licenciatura en psicología, otro grupo compuesto por  jóvenes aspirantes a ingresar a la universidad y por último alumnos de nuevo ingreso a la licenciatura, todos de psicología, con la finalidad de identificar aquellos alumnos que requieran de atención en esta área.
AUTOCONCEPTO, AUTOESTIMA Y APRENDIZAJE ESCOLAR

El auto-concepto es una de las variables más relevantes dentro del ámbito de la personalidad, tanto desde una perspectiva afectiva como motivacional. Las múltiples investigaciones que le abordan coinciden en destacar su papel en la regulación de las estrategias cognitivo-motivacionales implicadas en el aprendizaje y rendimiento académico. Sin embargo, esta amplia investigación está demandando una síntesis que armonice el cúmulo de información de que se dispone sobre este constructo. En el presente trabajo se ofrece un punto de vista sobre cómo integrar dicha información (a veces coincidente, a veces notablemente contradictoria)  dentro de un modelo hipotético, describiendo brevemente sus características o pilares básicos.
 
 El auto-concepto es una de las variables más relevantes dentro del ámbito de la personalidad, tanto desde una perspectiva afectiva como motivacional. Las múltiples investigaciones que le abordan coinciden en destacar su papel en la regulación de las estrategias cognitivo-motivacionales implicadas en el aprendizaje y rendimiento académico. Sin embargo, esta amplia investigación está demandando una síntesis que armonice el cúmulo de información de que se dispone sobre este constructo. En el presente trabajo se ofrece un punto de vista sobre cómo integrar dicha información (a veces coincidente, a veces notablemente contradictoria)  dentro de un modelo hipotético, describiendo brevemente sus características o pilares básicos.
Dos son los estilos a considerar: los estilos cognitivos (menos dependientes de la tarea específica de aprendizaje y más relacionados con el ámbito de las habilidades cognitivas) y los estilos de aprendizaje (menos relacionados con el ámbito cognitivo y más vinculados al ámbito del comportamiento y de las tareas de aprendizaje). En tercer lugar, estaría el ámbito afectivo en el que, según Corno y Snow, encontraríamos dos tipos de variables relevantes para el aprendizaje escolar: la personalidad (incluyendo constructos importantes como el autoconcepto, ansiedad, etc.), y la motivación académica (también considerada de modo distinto dependiendo de la teoría o modelo teórico que se utilice para su abordaje).
 


El autoconcepto dentro del ámbito de la personalidad
Integrando los resultados aportados por la investigación desde diferentes ópticas (teoría de los rasgos, análisis factorial, teoría conductista, principios del procesamiento de la información y teoría de sistemas, principalmente), J.R. Royce y colaboradores (p.ej., Royce y Powell, 1983) han elaborado una teoría de la personalidad en la que se abordan tanto los aspectos estructurales como funcionales del comportamiento humano. La personalidad se entiende como una organización jerárquica de sistemas, subsistemas y rasgos que transducen, transforman e integran la información. La personalidad total, o suprasistema, está integrado por seis sistemas (sensorial, motor, cognitivo, afectivo, estilos y valores) cada uno de los cuales consta, a su vez, de subsistemas multidimensionales a múltiples niveles que tienen un carácter de rasgos. Por otro lado, los seis sistemas constituyen ordenamientos jerárquicos de distintos niveles y los constructos de orden superior ejercerán una influencia
mayor sobre la conducta y un papel más integrativo que los de orden inferior (de orden inferior a superior: sensorial y motor, cognitivo y afectivo, estilos y valores). De la interacción que se produce entre estos sistemas deriva el sentido personal del individuo, su personalidad, en el que tienen relevancia tres conceptos o dimensiones: (a) la visión del mundo, consecuencia de la interacción entre los sistemas cognitivo y estilos, (b) los estilos de vida del individuo, determinados fundamentalmente por la interacción entre los sistemas afectivo y  de valores, y (c) la autoimagen o autoconcepto que está determinada, en último término, por la interacción de los sistemas de estilos y valores.
LA AUTOESTIMA EN LA EDUCACIÓN

La autoestima es inherente a todos los seres humanos, es un producto social que se desarrolla en la interacción hombre-mundo, en el proceso de la actividad y la experiencia social y canaliza la actividad del cuerpo y la mente de todas las personas. Su carácter social y desarrollador la proveen de una extraordinaria significación para la educación de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. La autoestima es de naturaleza dinámica, multi-dimensional y multi-causal, es decir, diversidad de influencias que la forman en interacción continua.

Desde la década de 1990, con el desarrollo de las corrientes pedagógicas cognitiva y humanista a finales del siglo XX, y por consiguiente el énfasis en la personalidad, el aprendiz y su proceso de aprendizaje, la autoestima a pasado a engrosar las filas de los conceptos esenciales de la educación en el mundo de la pedagogía científica. Esto se debe a que en la época actual han aumentado las tensiones que intervienen en el dominio de las relaciones humanas debido al terrible progreso realizado por el hombre en el dominio del espacio, el átomo, la molécula y en el desarrollo de la ciencia y la técnica.

Para la pedagogía cubana, seguidora de las ideas humanistas de José Martí y otros pedagogos cubanos, del enfoque histórico-cultural de Vigotsky, y resultado de una rica experiencia pedagógica en la etapa revolucionaria desde 1959, la autoestima se convierte en objeto de estudio e investigación debido a su papel en la educación de las nuevas generaciones, en la formación de una cultura general e integral de la población y en la formación de una cultura general e integral de la población y en la instrumentación de principios pedagógicos como son el desarrollo de estrategias de aprendizaje, la unidad de lo cognitivo y lo afectivo.


La formación de un estudiante participante activo en la transformación de la sociedad.  Su importancia no se reduce a la escuela sino que es esencial en la educación familiar y en la educación comunitaria. Por otra parte no se limita a una etapa en la vida sino que constituye un detonador e impulsor de la actividad del individuo durante toda su vida: niño, adolescente, joven y adulto. La autoestima influye directamente en la identidad del maestro y del alumno, como expresión de las influencias históricas, sociológicas, psicológicas y culturales que le dan forma ala identidad de ambos.
La autoestima alta es importante para todas las personas, específicamente para los docentes, pues le posibilita mayor seguridad, confianza a la hora de conducir el proceso de enseñanza aprendizaje, le permite tener una valoración propia de sus posibilidades de actuar en un momento dado a partir de sus conocimientos y de poder determinar hasta dónde puede llegar en una actividad determinada, le otorga más valor a lo que sabe y a lo que puede ofrecer, se propone nuevas metas, es más creativo y le inspira confianza y seguridad a los alumnos, lo cual le permite desarrollar con éxito su labor. De cómo el maestro percibe sus funciones y sus alumnos, es crítico para el éxito de la educación.
La práctica pedagógica demuestra que el proceso permanente de diagnóstico identifica los conocimientos y habilidades que posee el alumno así como sus características personales y factores sociales de su entorno, sin embargo, muy pocos diagnósticos conciben el estudio de la autoestima de los alumnos, debido fundamentalmente a la falta de conocimiento teórico al respecto y a falta de instrumentos que permitan medir el nivel de desarrollo de un proceso interno como es la autoestima.




"Para comenzar a ejercitase en desaprender lo negativo que nos inculcaron..."(3), y sanar a ese niño/a que quedaron escondidos y heridos en nosotros, podemos ir reemplazando las viejas ideas que construimos por otras. Repetir estas afirmaciones con frecuencia es manera de comunicarnos con nosotros mismos, de ayudarnos a adquirir seguridad y tener presentes nuestros derechos:
  • Realizo mis elecciones y acciones con responsabilidad y sin temor.
  • Solo yo decido el modo como utilizo mi tiempo, pongo límites a quienes no respetan esto, hago acuerdos para combinar mi tiempo con el de otros sin someterme.
  • Me aplico a mi trabajo con responsabilidad pero, si algo no va bien, no es porque yo sea un fracaso sino que todavía tengo que aprender más.
  • Me hago responsable del modo cómo trato a los demás y evito repetir lo que a mí me hizo sufrir.
  • Tengo confianza en poder resolverlo mejor posible cualquier situación.
  • Aprendo a comunicar mis sentimientos y respeto los de otros.
  • Cambio mis opiniones sin temor si me doy cuenta que no eran correctas.
  • Soy una persona valiosa, capaz, creativa y estoy abierta para cambiar todos los aspectos de mi vida.
Si una persona tiende a valorarse de esta manera se trasforma el guía de su propia vida y está protegida de sentir culpas irracionales, de creerse incapaz, mala o inútil, de tener que complacer para ser aceptada.




Toda persona tiene en su interior sentimientos, que según su personalidad puede manifestarlos de diferentes maneras. Muchas veces esta manifestaciones dependen de otros factores, según el lugar físico, sentimental y emocional, éstos pueden influir positiva o negativamente en la formación de la persona o sea en la Autoestima.
Este tema lo desarrollaremos debido a que estamos en una etapa en la cual intentamos definir nuestra personalidad, tomando diferentes modelos ya que nos relacionamos en distintos ámbitos. A demás nos interesó ya que era un tema en el cual teníamos escasos conocimientos. Esto nos motivó a investigar a fondo el tema ya que lo consideramos importante para el desarrollo y la constitución de una buena vida.
El objetivo de esta investigación científica, es responder a nuestras dudas planteadas como hipótesis:¿Qué síntomas manifiestan las personas que sufren un desfasaje en su autoestima? ¿Cuáles son los factores que influyen en la persona que haces que exista este desfasaje? ¿Cómo ayudar a la persona que posee baja autoestima?.
Esperamos cumplir con nuestros objetivos y con las expectativas del trabajo, obteniendo un buen resultado del mismo.



¿Qué es la Autoestima?
La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de nuestra manera de ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y la podemos mejorar. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nuestros mayores (padres, maestros), compañeros, amigos, etcétera y las experiencias que vamos adquiriendo.
Según como se encuentre nuestra autoestima, ésta es responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciara la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso.